Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100071
Legislatura: 1882-1883
Sesión: 6 de junio de 1883
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 124, 2433-2434
Tema: Haciéndose cargo de algunas observaciones hechas por los Sres. que han intervenido en el debate, respecto a la partida del añil y cochinilla en el debate sobre primeras materias.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Para terminar este incidente, voy a decir dos palabras, porque aunque yo no sea el Ministro de Hacienda, ha de creer el Sr. Marqués de Casa-Jiménez que en nombre del Ministro de Hacienda hablo, y que aquí estoy representando al Ministro de Hacienda, como mientras esté solo represento a todos los demás señores Ministros que constituyen el Gobierno.

Pues bien: entiende el Ministro de Hacienda y entiende el Gobierno la cuestión ni más ni menos que como la han entendido S. S. y la Comisión. Si basta esto para votar, se puede votar; si no, se puede suspender el debate; me es perfectamente igual. Pero claro es que desde el momento en que esta ley hace una bonificación extraordinaria para todos los artículos que ella comprende, todas las demás bonificaciones que había sobre estos artículos desaparecen, a no ser que estén en la ley.

Y no podía menos de ser así, porque si no, resultaría una bonificación tan extraordinaria, que habría artículos de estos que, por venir en navegación directa, no sólo no pagarían derechos, sino que habría que darles dinero encima. (El Sr. Barzanallana: Lo que sucede con los cueros.) Justamente. Por tanto, eso no pasará, porque estos artículos en adelante no pagarán ni más ni menos que lo que esta ley establece, y cualquier bonificación que en otras leyes haya establecida para estos artículos, desaparece ipso facto con la aprobación de esta ley. [2433]

No hay inconveniente en que se consigne lo mismo para los demás artículos en esta ley comprendidos. (Varios Sres. Senadores: ¿Y la Comisión mixta?) Esa diferencia, ¿podrá dar lugar a Comisión mixta? Pues yo creo que hay tiempo para que ésta se reúna; pero si basta la aclaración de que esta ley comprenda lo mismo a los cueros que a todos los demás artículos que en ella se establecen, no hay necesidad de otra Comisión ni de hacer expresamente la excepción para los demás artículos, una vez que todos pagarán ni más ni menos que lo que esta ley preceptúa. Claro está que las leyes de presupuestos que se refieren a esas bonificaciones que se dan a artículos que vienen en navegación directa, quedan subsistentes para todos los artículos que esta ley no comprende; por lo cual, si no se dice nada en las leyes sucesivas de presupuestos, claro es que esos artículos quedarán exceptuados de esta ley, porque estarán regidos para el adeudo de derechos por lo que las anteriores establecen. Pero si se quiere hacer también la aclaración en la ley de presupuestos, creo que todavía hay tiempo de hacerla, puesto que se están discutiendo en el Congreso, y si en el Congreso no se hiciera, se haría en el Senado.

De manera que, para que no quede duda ninguna, voy a concretar en pocas palabras el pensamiento del Gobierno.

Los 38 artículos que comprende esta ley no tendrán más bonificación que la misma que esta ley establece, que ya es bastante, sin necesidad de bonificarlos por otras cosas. (El Sr. García Barzanallana: Pero entonces resulta contradicción.) Aquí hemos de procurar todos, para bien del país, que la ley sea clara y no dé lugar a dudas; de manera que si hay contradicción, si puede producirse alguna duda respecto a lo que haya de suceder con los artículos que la ley comprende en cuanto a bonificaciones, se pueden hacer todas las modificaciones que deseen los señores de enfrente o los demás Sres. Senadores. Debemos aspirar a que la ley explique sus preceptos con tanta claridad como los Sres. Senadores deseen. (El Sr. Vizconde de Campo-Grande: Pero entonces hay que enmendar el artículo 8º) La Comisión verá si se puede hacer lo que S. S. desea; y si ese defecto se puede subsanar, se subsanará.



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